lunes, 10 de julio de 2017

Hour of Devastation - Oketra y Kefnet

Hapatra entonces busco a su mascota, Tuya, un enorme basilisco y montado sobre ella busco a los dioses para protegerlos.

Ella avanzaba gritando: “Maten a los insectoides, maten a los dioses invasores.” Y detrás de ella iba una turba de dignos enfurecidos.
Ellos se abrieron camino por entre las hordas de no muertos, los cuales estaban recubiertos de Lazotep; un metal celeste de propiedades misteriosas el cual se usaba en la creación de los cartuchos. Mientras Hapatra avanzaba sobre Tuya, pensó con lágrimas en los ojos de lo orgulloso de ella que estaría su amado Rhonas si la viera, lo que le dio aún más fuerzas.

Luego de los zombis se enfrentaron a un enjambre de langostas carnívoras, las cuales diezmaron las fuerzas de Hapatra, pero aun así, ella logro abrirse camino hasta el centro de la ciudad.
Al llegar allí fue recibida por gran número de ciudadanos quienes esperaban alguna respuesta. Ellos habían sobrevivido el primer ataque gracias a que habían tenido dos excelentes lideres; Djero y Samut.

Hapatra les dijo a Djeru y Samut que debían ir por los demás dioses, pues Rhonas había muerto.  Para ese momento los sobrevivientes de Amonkhet tenían muy claro que las horas eran una mentira y que el dios faraón les había engañado, pero oír que uno de sus amadísimos dioses había muerto les devasto pero a la vez les enfureció sobre manera.
Samut y Djeru montaron con Hapatra en Tuya y lideraron el grupo por las calles de la ciudad.

Mientras avanzaban se toparon con Gideon y Liliana quienes corrían en otra dirección y temiendo algo, Hapatra les siguió.
Al fin vieron a la distancia a Oketra y Kefnet quienes estaban inmóviles como estatuas, Oketra con su arco cargado y Kefnet meditando sobre ella, sin hacer nada más.
Hapatra les grito que huyeran, que ellos debían salvarse y que ellos morirían por sus dioses, pero ninguno de los dos se movió.
Casi llorando Hapatra le grito: -Por favor Oketra; yo te protegeré.”
Finalmente Oketra bajo la cabeza y les hablo así:
-No es tu deber protegerme hija de Rhonas; yo soy quien te protegerá a ti.- le contesto la diosa gata.

En ese momento, de otro lado de la ciudad vieron venir al dios escorpión; y así, Oketra y Kefnet se miraron. A Hapatra se le partió el corazón al ver el miedo en los rostros de sus dioses.
-Contén tu miedo hermano mío; que al fin probaremos la amargura de la batalla.- dijo Oketra a su hermano, quien de inmediato se preparó para la batalla.
Kefnet usaba sus ilusiones para distraer al dios escorpión mientras Oketra le atacaba, pero este parecía invulnerable a sus ataques.  Los dioses peleaban con valor y coraje, además de que Kefnet y Oketra combatían como uno solo; aunque su enemigo era más fuerte y veloz.
Hapatra los vio y se sintió orgullosa, diciéndose a sí misma: “Mis dioses son magnificos.”

A pesar de luchar valientemente, mientras Kefnet cargaba al dios escorpión en los aires, este le clavo su aguijón en la frente, matándole de inmediato.
Hapatra y los demás quedaron congelados de horror al ver a su dios azul car del cielo y llevar el suelo con su sangre.

-Mortales, escapen. Busquen los mausoleos.- dijo Oketra llena de terror.
Por un momento todos se preguntaron cuales mausoleos, pero al ver que Oketra marchaba sola hacia el dios escorpión todos se dispusieron a defenderla y morir por ella.
Hapatra, Samut y Djero cargaron sobre el dios escorpión sobre Tuya, pero este se volteó para matarlos, pero entonces Oketra se interpuso y el aguijón del dios se le clavo por debajo de la máscara, matándola de inmediato.
Al caer Oketra, el dios escorpión perdió interés y se alejó. De las ruinas comenzaron a salir personas a ver a sus dioses caídos.

Hapatra no se pudo contener y comenzó a llorar amargamente, por todo, por los devorados por las langostas, por la vida de mentiras, por las horas, por el dios faraón pero sobre todo, por sus dioses muertos. Samut solo pudo abrazarla y llorar a su lado mientras Djeru no podía contener el llanto a lo lejos, viendo a sus dos dioses caídos.
Todo Amonkhet lloraba sus dioses, pero además, uno de Theros también lloraba sobre la máscara de Oketra.

Hapatra lo vio y ganando compostura camino hacia él.
“¿El causante de todo este mal es un extranjero como ustedes? –pregunto Hapatra a Gideon.
Este, quien no podía hablar trago grueso y asintió con la cabeza.
-“Entonces ellos son su responsabilidad. Encárguense ustedes de los dioses invasores y el dios faraón y lárguense de nuestro hogar.”- dijo llena de odio la Visir. Gideon solo pudo asentir de nuevo y bajar la cabeza, avergonzado.
Al volver con Samut y Djeru les dijo “-Debemos encontrar a Hazoret y a Bontu y salvarlos a toda costa, ellos son lo último que nos queda.- y así, fueron en busca de sus dioses.

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